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La mala circulación o absorción del LCR que baña nuestro cerebro y médula espinal, puede producir enfermedades que para su resolución requieren de una intervención quirúrgica. La hidrocefalia es el acúmulo del LCR dentro de nuestro cerebro, y para resolverla implantamos válvulas o utilizamos técnicas endoscópicas. Hay otros procesos menos frecuentes en relación a anomalías de la circulación o absorción del LCR como los quistes aracnoideos, la siringomielia o el pseudotumor cerebrii.